El pueblo está ubicado en un profundo valle rodeado de montañas, razón por la que el sol nunca llega a tocar sus calles durante cinco meses al año. Para disminuir las ganas de luz natural de sus habitantes, el ayuntamiento de Rjukan ha puesto en marcha este proyecto que, curiosamente, no es nuevo. En 1907, un empresario industrial llamado Sam Eyde ya propuso una idea similar poco después de que se fundara el pueblo, pero la tecnología de la época no lo hacía posible.
Mi opinión: estos espejos (fabricados en Pola de Lena - Asturias) son un avance muy grande para el pueblo porque le darán la luz natural que tanto deseaban sus habitantes y abren una nueva esperanza para el mercado ya que no es el único sitio del mundo donde no entra la luz solar durante un periodo de tiempo del año.
Pilar Fernández Arroyo nº 7 2º C